Soy capaz de hacerlo todo a la vez, o al menos eso creo. Y cuando digo todo es todo.
Respirar, pensar, moverme, hacer latir mi corazón y además sentir. Soy capaz de hacer todas esas cosas sin darme cuenta y también escribir este post y ver la tele mientras reviso mis redes sociales y además bebo algo. No te extrañe luego que se me haya colado alguna falta de ortografía o de formato… y es que cuando queremos hacer tantas cosas a la vez es imposible que las hagamos todas bien, pero aún así, lo seguiremos intentando.
Es innato en nosotros hacer todas las cosas a la vez para ahorrar tiempo, ese tiempo que después necesitamos para repetir algo que nos ha salido mal porque no hemos puesto toda la atención que requería al hacerlo. Y yo me pregunto, ¿como sería nuestro día si pusiéramos toda nuestra atención en cada cosa que hacemos? ¿Qué pasaría si dejáramos de ser «multitarea»?.
Necesitaríamos días de muchas más horas para poder hacerlo todo, y no nos engañemos, seguramente nos aburriríamos. Estamos capacitados para hacer muchas cosas a la vez (si, es verdad, un@s más que otr@s), ¿por qué no aprovechar esa capacidad?
Yo soy de las que trabaja mejor bajo presión y soy capaz de procrastinar hasta el infinito pero cuando me pongo, me pongo. Como dice uno que yo se… «Tú haces las cosas siempre a última hora, pero muy bien hechas.» Y he de reconocer que es verdad, últimamente «las cosas» me salen muy bien, aunque las haga todas a la vez.
Y tú, además de leer este post, ¿qué más estás haciendo?
Reyes
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