Seguro que si lo piensas, recuerdas el momento exacto en el que aprendiste a ir en bicicleta, quien fue la persona que te enseñó y hasta las heridas que te hiciste aprendiendo. Gracias Papá.
Son esas vivencias que hacen que los veranos sean inolvidables, son muchas las cosas que hacemos cuando éramos pequeños en verano, somos muchos los que descubrimos y nos dejábamos atrapar por la curiosidad y el misterio de hacer cosas de mayores.
Yo aún recuerdo también como si fuese ayer la primera vez que lleve una moto, yo tendría 10 años y mi vecina Cristina me dijo súbete conmigo y damos una vuelta a la manzana y luego la llevas tú. Gracias vecina por esa vuelta en tu super vespino rosa.
Son muchas las historias que nos hemos contado en la calle, en la playa. Son muchos los amigos que hemos hecho durante esos veranos interminables de casi 5 meses.
Son muchas las pelis en ese cine de verano con sus sillas de madera y las botellas de Mirinda.
Son muchos los partidos de futbol en la playa hasta que ya no veíamos nada.
Será que hoy tengo el modo nostalgia “ON” pero no puedo dejar de acordarme de todos y todas los que compartisteis esos veranos de mi infancia. Gracias a todos por los buenos recuerdos. Os nombraría a todos pero seguro que me dejaría a alguien(Los de la calle Alcoy).
No sé qué tendrá el verano pero hace me trasporte a esos recuerdos que no están ni en la memoria ni en la fotografía, son esos que están en el corazón.
Caye
Fuente de la foto Pinterest
