Todo es cuestión de tiempo.
¿Quién no ha escuchado esa famosa frase cuando está impaciente por que pase algo? Alguien viene, te lo suelta y ale, se queda tan tranquilo… y tú mientras tirándote de los pelos porque el tiempo que considerabas razonable para eso que esperas, ya ha pasado.
O igual no. Puede ocurrir que tus tiempos no coincidan con los de los demás o con lo socialmente establecido. Por ejemplo, ¿cuánto tiempo se tarda en saber que una persona es la compañera perfecta para ti?, ¿cuánto tiempo tienes que esperar antes de dar un paso más cuando inicias una relación? o ¿cuánto tiempo debes usar para afianzar la idea de que lo que estas viviendo no te lleva a donde tú quieres, y lo mejor que puedes hacer es cambiar el rumbo?.
La respuesta a todas esas preguntas no está escrita en ningún sitio, y si está seguro que es discutible. Cada persona tiene sus tiempos y cada cosa ocurre cuando y como tiene que ocurrir. A veces nos empeñamos en que el tiempo lo manejamos nosotros y queremos que las cosas pasen cuando nosotros queremos, pero no, no es así. La realidad es que el destino es caprichoso y por mucho que nos empeñemos en hacer planes son tantos los factores que influyen para que las cosas pasen que es mucho mejor para nuestra salud dejarnos llevar, amoldarnos a las circunstancias y tomar decisiones sobre aquellas cosas que podemos cambiar, pero no sobre las que no dependen de nosotros.
Yo de momento voy a darme un tiempo para ordenar mis ideas y disfrutar de todo lo que me rodea. ¿Te apuntas, bacalao?.
Reyes
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