Siempre existen lugares comunes, o aficiones, o gustos…
Por muy diferentes que seamos, siempre, siempre, podemos encontrar algo en común con cualquiera de las personas que nos rodean. A veces es una afición, una persona, una experiencia de vida o simplemente una forma de ver las cosas.
Hay personas que a primera vista, o a primer encuentro, no tienen nada en común, pero están destinadas a llevarse bien, e incluso puede que a convertirse en los mejores amigos.
Párate un momento y piénsalo… todas esas personas con las que tratas a diario… todas tienen algo en común contigo y con los que a su vez les rodean. Seguro que te ha pasado alguna vez que has presentado a dos amigos tuyos que pensabas que no tenían nada en común y de repente te das cuenta de que a ellos les unen cosas que no tienen nada que ver contigo.
Ese es muchas veces el origen de las amistades, los lugares comunes. Lo importante es saber siempre que aunque tengamos diferencias, son estas las que nos enriquecen. Las diferencias nos ayudan a aprender de los demás y a conocer diferentes formas de ver las cosas.
Lugares comunes con diferencias irreconciliables, esa es la base para que las relaciones funcionen.
Imagen: Violeta, Cristina y yo, el domingo en el Parque del Buen Retiro. Madrid, 24 de abril de 2016
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