Un año más.
Aquí estamos en la cocina. El lugar de la casa donde pasan las cosas importantes. Mi hermana, excelente cocinera (heredado de mi madre) dándole a sus últimas creaciones culinarias. ¡Siempre triunfa! Yo sólo me defiendo entre fogones y apuesto seguro. La sopa de almendras de mi bisabuela y mi querido pavo relleno. Dos clásicos que nunca fallan.
Al final del pasillo, ahí están. Los dos cuñados hablando de política, haciendo cábalas sobre qué pasará los próximos cuatro años.
Mientras, mis sobrinos le enseñan al pequeño de la casa las últimas aplicaciones informáticas para “petar” el móvil de mamá y papá. Y las dos adolescentes a vueltas con whatsapp, snapchat, selfies, instagram…”Generación Dron” les llama alguien muy cercano. Entre risas le comentó a mi hermana la posibilidad de hacerle un hueco en la mesa a los smartphone, junto al plato del pan. Todo muy normal.
Sin embargo, aunque el escenario sea muy normal mi familia no lo es. Nosotros tenemos la rara costumbre de echarnos de menos. Nos caemos bien. Y nos queremos. Y, a pesar de las ausencias, planeamos las fiestas navideñas para estar juntos varios días antes y desde que salga el sol. Y cuando mañana llegue el momento de estar alrededor de la mesa recordaremos cuántas cosas hay que celebrar. Es el momento de compartir. Y de eso nos sobra…¡y mucho! Compartiremos brindis, palabras por los que no están, opiniones, noticias y alguna que otra sorpresa. También hay hueco para echar la vista atrás y reflexionar. El beso que no dimos. La llamada que nunca se hizo. O el café que no tomamos. Y para eso ni Mister Google ni la Señora Wikipedia están invitados.¡Ni falta que hacen!
En mi familia todos somos un poco raros. Nuestra vida es un poco rara. Y cuando juntamos nuestras rarezas caemos en un auténtico empacho de alegría. Porque vivir va de eso. De compartir. Y en Navidad, donde la vida en familia tiene verdadero sentido, aún más.
Cuando el 6 de Enero pase, todo seguirá igual. Yo volveré a ser yo. Y cada uno de ellos volverán a ser ellos. Pero la vida que compartimos en estas fechas con tanto amor y tanto por compartir, esa vida, quedará para siempre.
Sed felices. Casi tanto como yo.
Besad. Tocad. Abrazad. Reid. Cantad. Bebed. Comed y…compartid.
Coco.
Fuente de la fotografía: Pinterest.
Acabas de describir la esencia de la navidad Coco .Estar y disfrutar de los tuyos .No mencionas en absoluto los regalos ,el consumo lo superfluo , si que eres rarita!.
Que tengais todo el equipazo una feliz navidad
Y gracias por regalarnos estos despertares tan autenticos, serguir asi que esa sonrisa mañanera no tiene precio.
Graciassssss
jajajajj veo que tú tampoco eres demasiado normal!!! Gracias a ti Bibi!!!!! Siempre estáis ahí tú y tu sonrisa mañanera!!!!
Feliz Navidad!!!!