No sé cuantas veces lo habremos hablado,
Y voy estando algo cansando, de tener que repetir.
Y de encontrar motivos para que comprendas,
Sin que suene a reprimenda, que esto sucedió por ti.
Sin dudarlo ni un momento me aseguras
Que no existe causa alguna para que se enfade así.
Dices que ya nunca tienes suficiente,
Que es muy poco independiente, que no te deja vivir.
Pero luego te ahogas en vasos de agua.
Tú no lo entiendes,
Ella quiere que le escribas su canción,
Que la escuches, que le prestes atención,
Que la invites a tocar tu corazón.
No pide tanto, idiota. No pide tanto, idiota.
Ni quieres querer, ni quieres que te quiera,
Ella nunca es la primera, háblale con claridad.
Con el alma justo encima de la mesa,
Evitando las promesas que jamás se cumplirán.
Es la historia de quién nunca se
Arrepiente, porque siempre se convence,
De que no puede cambiar.
Es la crónica de un ciego y su mentira,
Que mil veces repetidas, se convertirá en verdad.
Para luego ahogarte en tu vaso de agua.
Tú no lo entiendes,
Ella quiere que le escribas su canción,
Que la escuches, que le prestes atención,
Que la invites a tocar tu corazón.
No pide tanto, idiota.