El punto de no retorno es ese momento o lugar en el que hagas lo que hagas, volver atrás es imposible. Ese instante en el que da igual lo que ocurra alrededor pues el resultado de la acción no va a poder modificarse de ninguna de las maneras.
Que se lo digan a Valentino Rossi, que ahora no sabe que hacer para enmendar el desastre de Sepang y su patada a Marquez. Por mucho que lo intente, su imagen y su campeonato se han ido al traste.
Darse cuenta de que se está en ese momento crucial de toma de decisiones, justo antes de ese punto de no retorno, es lo realmente difícil.
Te puede ocurrir en cualquier situación de tu día a día: cuando hablas de más, cuando te enfadas de más o la más interesante, cuando te enamoras de más.
Si, enamorarse de más existe. Es esa sensación conocida como limerencia, en la que tu pensamiento se nubla, la otra persona pasa a ser el centro de tus días y llegas a pensar que han secuestrado tu mente pues eres incapaz de sacarle de tu cabeza.
Tengo una amiga que dice que su punto de no retorno está después de la tercera cita, así que si a la segunda ve que la otra persona no le «conviene» no le da la oportunidad de quedar una tercera vez, porque en otro caso, se enamora perdidamente.
Qué suerte tiene mi amiga, que es capaz de identificarlo y de poner medios para evitarlo… o no, porque si no pasa ese punto de no retorno no sabrá nunca qué hubiera pasado.
Lo malo del no retorno es que ves lo que va a ocurrir por anticipado y si no te gusta lo que ves, ya no hay remedio. En resumen, que te has enamorado y te sientes vulnerable. Dejas de controlar la situación, y a eso no estamos acostumbrados. El miedo a lo desconocido, a no ser capaces de decidir nuestro destino, nos hace muchas veces contenernos y no hacer lo que realmente nos pide el corazón.
Nacemos libres, pero nos aprisionamos con normas, compromisos, valores y el qué dirán. Algo que seguro no le pasaba a Groucho Marx pues fue en un momento de no retorno en el que dijo su famosa frase: «Estos son mis principios, si no le gustan, tengo otros.»
Reyes
Imagen: “Punto de no retorno” de Tatyana Druz via Pinterest