Joder que cabreo llevo, es la típica semana en que todo mi universo está contra mí.
Suena a excusa de las grandes cuando me lamento con esta frase, pero la verdad es que esta semana me siento así.
Y por eso, he decidido hablar conmigo.
¿Quién es el culpable?
YO
Cuando hablo, te escribo y estoy contigo….
Soy exigente, va en mi carácter.
Últimamente, me he dado cuenta de que si llego a un acuerdo con alguien de una manera fácil y sencilla, tengo que desconfiar de este acuerdo. No quiero que me den la razón como a los tontos.
Me considero una persona de las que les gusta tirar para adelante con todo lo que puede y más, me gusta arrastrar a los que tengo a mí alrededor, involucrándolos en todo lo que hago.
Soy sensible contigo, empatizo y conecto emocionalmente con mis palabras y mis gestos.
Herir tu autoestima no son mis formas, soy más de aclarar cuáles son los objetivos, reconocernos y ponernos a la misma altura. No nos sirve de nada el “Y yo más”.
El reconocimiento mutuo nos va a ayudar en todo esto.
Escucho todo lo que me dices y verifico que te comprendo correctamente con preguntas, que nos van a llevar a donde queremos ir.
Sé que lo desconocido nos da miedo, nos produce ansiedad y muchas veces frustración. Pero si o si tenemos que ir a por ello.
Gritar, amenazar, castigar o mostrarme agresivo y molesto no me va a ayudar a solucionar nada de nada. Y sé que con un poco de humor y distensión se arreglan muchas cosas, por no decirte que todas.
Dosifica, prioriza, separa los problemas, diferencia sus partes y encuentra el punto de equilibrio. Esto siempre nos ha ayudado, y me lo enseñaste tú.
Evitemos centrarnos en «tú tienes la culpa» y en el rencor, ya que todo eso es el pasado y no vamos a conseguir nada de nada. Miremos hacia el futuro y que no nos impidan ver las cosas tan chulas que nos quedan por hacer.
Dejemos a un lado la prepotencia, ya que solo vamos a conseguir empeorar las cosas.
No ignoremos lo que sentimos, ya que las emociones son tan importantes como las ideas.
Vamos a tener que repartir los esfuerzos entre lo que sentimos y lo que queremos solucionar.
El auténtico poder de un equipo radica en cómo se relacionan los que lo componen. Y tú y yo lo sabemos.
Gracias por escuchar las conversaciones con mi Ego.
Caye
Fuente de la foto Pinterest