Sí ayuda. Muchas veces nos quedamos aislados y no avanzamos porque nuestro inmovilismo nos impide el pedir ayuda. Otras veces es el que dirán, la vergüenza, otras por no tener que devolver un favor. Seguro que todos tenemos nuestros reparos a la hora de pedir ayuda.
Te has parado a pensar ¿si estas ayudando a alguien con algo? Seguro que sí, que te has ofrecido para arrimar el hombro junto a un amigo.
Tampoco vamos a confundir el pedir ayuda con el tener “Más cara que espalda”. Hay auténticos profesionales de esto y que se acostumbran a vivir de los demás.
La cuestión está en saber cuándo necesitamos ayuda y saber pedirla.
Cuando pides ayuda estás diciendo a los que te rodean lo que necesitas.
También estas resolviendo tus problemas de una forma colaborativa y seguramente de una manera distinta a la habitual.
¿Sabes lo mejor que tiene el pedir ayuda?
Las sorpresas que te vas a dar de la cantidad de gente que está dispuesta a ayudarte.
¡Hagamos la prueba!
Caye