Dicen que «En boca cerrada no entran moscas», pero una de las cosas que más nos gusta es hablar, y para eso es imprescindible abrirla… o no.
A veces no es necesario abrir la boca para meter la pata, solamente con escribir un wasssap, o publicar en facebook o twitter ya la hemos liado… sin darnos cuenta, seguramente. ¡Qué envidia me dan esas personas que son capaces de no hablar de más!, aunque también te digo, que de ese tipo conozco bien pocas.
Yo soy la primera que hablo de más, sobre todo si me he tomado una copa, que entonces soy capaz de contar todas mis ideas, aunque revolucionen a mi audiencia, pero con un poco de suerte el alcohol también les habrá afectado y no me lo tendrán en cuenta. ¡Para eso están los amigos!
Y es que hablar de más siempre te puede traer problemas… ya sea porque dices algo que molesta a los que te escuchan o porque dejas ver cosas de tu persona que no deberías, como por ejemplo tu ignorancia sobre algún tema, y eso… ¡eso si que es grave!
Nos dicen desde pequeños :«Cuando hablan los mayores, los niños se callan» pero en esos casos yo creo que es porque los mayores tienen miedo de que los niños les saquen los colores, ¿no son ellos los que dicen siempre la verdad?.
Pues eso, que de vez en cuando no nos interesa escuchar según que cosas y preferiríamos que los de alrededor estuvieran calladitos, porque «Callados estamos más guapos».
¿Y tú, quieres ser guap@ o decir lo que piensas? Porque yo no me pienso callar ni si me la cortan…la lengua, claro!
Reyes
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