No sé qué me pasa. Llevo mirando la pantalla del ordenador un rato y el momento de inspiración no llega, todo sigue igual, en blanco, estoy buscando mi momento. ¡Que cabrona!, pasa el tiempo y no llega fiel a su cita, ¿me habrá puesto los cuernos y se habrá ido con otro?
¡Decidido! me pongo la ropa de deporte y me voy a correr, nunca me ha fallado siempre la he encontrado en esos momento en los que dejo mi mente fluir al ritmo de mis zancadas, tengo el recorrido hecho, una hora corriendo y conociendo muy bien el lugar. Mira que le gusta hacerse de rogar, me hace salirme de mi camino descubro nuevas sendas, hasta un puente nuevo, caminos que nunca hubiese pensado que estaban allí, pasan los minutos y sigue sin aparecer. Decido parar porque necesito recuperar, no era un ritmo alto pero si mucho tiempo para mis rodillas, me está haciendo sufrir más de lo normal. Ya lo tengo asumido, hoy ella no ha bajado a correr.
Abro el whatsapp y pregunto a mis inseparables si la han visto, una de ella me dice que la vio y estuvo con ella el lunes y la otra se cruzó de vinos con ella el miércoles. No puede ser, definitivamente se ha olvidado de mí, ¿estará resentida por algo?
Navego por la red, caigo en las redes de Facebook y la busco, noto que ha pasado por allí. Entro en Twitter y reconozco sus pasos. Salto a Pinterest y ya la tengo acorralada, o al menos ¡eso pensaba yo! ¡Debo haber sido muy malo!
Decido irme a dormir y de momento me sobresalto porque es ella, la siento, la huelo, ya está aquí. Me lanzo a la pantalla en blanco y todo fluye como estoy acostumbrado a cuando estoy con ella. No me ha sido infiel, solo estaba un poco despistada.
Mucha gente dice que existir existe pero te tiene que pillar trabajando, pero a mi os aseguro que me pillo durmiendo.
Caye
Fotografía encontrada en Buzzfeed
