Ni los buenos son tan buenos, ni los malos somos tan malos. Ya lo decía Jessica Rabbit: «Yo no soy mala, es que me han dibujado así». En estos días los malos estamos de moda, y digo estamos porque yo también, de vez en cuando soy mala ¿o qué pensabas?.
Disney estrena Maléfica, la historia que explica por qué la bruja de la Bella Durmiente es mala malísima y estoy segura de que está más que justificado. Aún no he visto la película, pero hoy voy sin falta, ¡no me la quiero perder por nada del mundo!.
Después de haber leído Wicked, la historia de la Malvada Bruja del Oeste del Mago de Oz, te das cuenta de que son las circunstancias las que hacen que el comportamiento de estos personajes sea el de malas malísimas, y en la vida real pasa lo mismo. Si te paras a pensar en por qué determinada persona ha tenido un comportamiento que consideramos ruín, cruel o de un retorcimiento extremo, seguro que tiene una justificación.
No quiero decir con esto que apruebe esos comportamientos, ¡de eso nada!, pero hay personas cuya vida es triste y se esfuerzan en conseguir algo que para ellos es un bien supremo, caiga quien caiga. No se me ocurre un ejemplo claro para reflejarlo, pero piensa un momento conmigo, ¿quien fue la última persona que trató de hacerte daño? ¿cuál crees que era su objetivo? ¿Fastidiarte a ti o conseguir quedar por encima tuyo? pues ahí lo tienes, su fin es bueno, alimentar su autoestima, verse reforzado por el reconocimiento de los demás o conseguir algo para su propio beneficio o el de los suyos.
Desde que he aprendido esto, vivo mucho más tranquila y más feliz. Cuando alguien intenta hacerme daño pienso: «pobrecit@, qué vida más triste tiene que tener para preocuparse en urdir toda una trama para atacarme.» Y por supuesto, también me sirve para justificar mis maldades, o acaso ¿no puedo yo también ser mala?
Seguro que más de uno lo piensa…
Reyes
Fuente de la foto: pagina oficial de Maléfica, Disney