Esta es mi recomendación, no preguntes. Si no estas preparado para oír algo que no te guste, no preguntes.
Cuando no estamos convencidos de una idea, cuando buscamos que alguien nos refuerce la autoestima, cuando queremos una palmada en el hombro y en vez de decirlo así, tal cual, preguntamos a nuestro interlocutor «¿tú que piensas? ¿A ti qué te parece?» Estamos expuestos a que nos conteste lo que ve, y puede que no coincida con lo que tú estas pensando.
Cuando alguien me pregunta mi opinión, la doy. No creas que no tengo modales, no es eso, soy políticamente correcta y constructiva, o al menos pongo todo mi empeño en hacerlo así. Otra cosa es que a mi interlocutor no le guste lo que opino y mi respuesta cuando veo caras de desagrado es esa: «si no estas preparado para escuchar lo que pienso, no me pidas opinión».
No te tomes mi opinión como una ofensa, sino como un acicate. En la variedad está el gusto y si todos pensáramos igual, seguramente alguien no estaría pensando.
Reyes
Felicidades por el Blog. Me encanta! A triunfar!!!
Enhorabuena Reyes!
Totalmente de acuerdo.
Me ha gustado mucho!
Un beso
Muy cierto. En alguna de esas me he visto yo….. A por ello.
Toda la razón del mundo!!! Crack!!! Felicidades!!!
Felicidades!
Muchas gracias a todos por los comentarios. Espero que os divirtáis con nosotros!
Muchas gracias a todos! estoy radiante de felicidad! que vivan los bacalaos!!!!
Precisamente en la respuesta que te descoloca está la «magia» de la pregunta, no?