Ser pluscuamperfecta. Hacer malabares domésticos. Llegar a todo. No saber qué significa la palabra descanso. Sí a todo. Vivir para trabajar…Duro peaje.
Eso no puede ser. Eso no es más que engañarnos a nosotras mismas. Porque la realidad es otra. La realidad es que muchas de nosotras sonreímos con la boca torcida. Estamos estando sin estar y con las espaldas cargadas de bajón, fragilidad, cansancio, frustración, angustia…¿Te está pasando factura todo esto? Tranquila. Sé de algunas que han pensado más de una vez en querellarse contra el buenrollismo. Pero como la justicia es lenta, ante un futuro tan estresante e incierto como el actual en el que no sabemos qué nos traerá el mañana, de vez en cuando…desconexión. Poner límites. O saber decir ¡NO! ¡Corta por lo sano!
Hay muchas formas de vivir la vida y cada una decide cómo vivir la suya. Hazte la vida fácil. Negar las emociones no hace que se vayan. Ese ejercicio estéril ha ayudado exactamente a 0 personas en la historia de la humanidad. Sin embargo, el amor propio también cura. Nos merecemos lo mejor que la vida tiene y en tiempos de angustia, ansiedad y estrés lo primero es lo primero. ¡El mundo puede esperar!
Recobrar el equilibrio emocional es urgente. Hagamos ciertos cambios. Quizá lo último que se nos ocurra pensar es ponernos una mascarilla y olvidarnos del mundo…pero hagámoslo. Disfrutemos. Simplifiquemos. Mimarte, juzgarte menos, una cita contigo misma, soltar las obligaciones, una recompensa, hacer que te sientas un poquito mejor, no planificar, encender una vela, tomar el aire, respirar y observar, un baño con sales…WHATEVER!
Cualquier recurso parecerá magia pero no lo es. Eres tú que, por fin, te has dado cuenta que la solución está en ti. Cualquier persona es libre de cambiar las cosas y cada gesto suma. Darte pequeños premios no es un lujo. Es…un respeto a nosotras mismas.
¿Os acordáis de Samantha Jones y su mantra: “Te quiero pero me quiero más a mí” ? Pues eso. Ponte las pilas y a ello. Ese poder transformador es absolutamente necesario. Requiere trabajo, pero sí, todavía estamos a tiempo. Deja que se te peguen las sábanas y deja cosas sin hacer. Duerme, sé amable contigo, no cuentes las calorías …y nunca te sientas mal porque querer buscar momentos del día.
¡Eso sí es un chute de amor propio!
Coco.
Fuente de la fotografía: Pinterest.