Lo sé. Soy mayor. Bastante más de lo que a veces creo. Lo digo absolutamente convencida. Cuando te llega una tarjeta que dice algo como: “tengo el honor de invitarle al homenaje 25 aniversario de su promoción universitaria blablablabla…” ahí, en ese preciso instante, caen sobre ti de repente 300 meses, 9.125 días, y nosécuantosmásmiles de minutos y segundos. ¡Y eso está pero que muy bien! La verdad es que nada más supe de la convocatoria, mi cabeza empezó a buscar recuerdos de aquélla época y algunos estaban tan presentes como ahora, teclado en mano y contándoos la historia. Otros eran solo una nebulosa. Sin embargo, todos ellos y sin excepción, iban acompañados de una sonrisa…y música. ¡Vamos, lo que se dice un subidón! Era la época de La Unión, Golpes Bajos, Mecano, Los Secretos, Modestia Aparte, El Ultimo de la Fila y todos aquellos grupos que componían como nadie.
Las semanas previas al reencuentro, y conforme se iba acercando el día, recibía fogonazos de caras, compañeros de los que perdí su rastro y no había vuelto a tener noticias suyas o profesores que se habían quedado en el camino. ¡Tanto tiempo sin saber de ellos! Empecé a buscar fotografías de aquellos maravillosos años. No fue nada fácil. Hablamos de hace mucho tiempo y por aquel entonces ni cámaras digitales, ni redes sociales ni nada que se le pareciera. Finalmente apareció un álbum con fotos de un viaje. Entonces se llamaba “Viaje de paso del Ecuador”…imagino que ahora se llamará de una manera, digamos, más “moderna”. ¿O no? Como podéis imaginar las fotos eran una autentica galería de hombreras infinitas y peinados imposibles. ¡Mis hijos ni me reconocían! Yo solo acertaba a decir:”Son cosas de la edad”…pero, lo confieso, estaba feliz con mi tesoro.
Llegó el gran día. Cuando empecé a saludar a mis antiguos compañeros sentí auténticos escalofríos. Algunos irreconocibles. A cualquiera puede sucederle. Sí, la vida no ha sido igual para todos. El tiempo pasa. Y fueron cambiando tantas cosas…Cada uno de nosotros reflejaba, de una manera u otra, cómo había gastado esos 25 años. Cada uno eligió su propio destino. Unos cumplieron sus sueños de juventud. Otros abandonaron, tiraron la toalla. Algunos solo sobrevivir. ¿Qué malas cartas les tocó jugar? Y muchos, a pesar de la edad, seguimos buscando un lugar en este show llamado vida. Nuestra mochila se había llenado de dramas y comedias con diferente color e intensidad. Fueron varias horas de risas, recuerdos y anécdotas. ¡Qué pesados…siempre pensando en el pasado! Hacía tiempo que no veía a nadie con quien disfrutar placeres que tan solo yo imaginé. Esa noche volvimos a ser jóvenes…sin dejar de soñar.
Fin de fiesta. Se marchó igual que llegó. Despedidas, cruces de miradas y fuertes emociones. Hasta pronto, hasta siempre, hasta nunca…menos decir adiós. Era el final. La magia se acabó. Y de fondo: “malos tiempos para la lírica…”
Coco
Fotografía encontrada en weheartit.com