De 2018 a 2019…

De 2018 me llevo…
Tantos momentos divertidos que no me atrevería a contarlo aquí por temor a olvidarme de alguno especialmente estelar. También he llorado mucho, más que en 2017, pero he de reconocer que en ocasiones ha sido de pura felicidad.
Este año, más que nunca, he comprobado que los hijos crecen, aunque tú no quieras y…que vuelan. Y, aunque siempre vuelven a casa por Navidad, algo te dice que ya no son los niños que un día fueron. Los escuchas, los miras y, con una mezcla de orgullo y melancolía, descubres que ya “casi” no te necesitan. Ayer mismo se lo dije a Beatriz y, para mi consuelo, rápidamente dijo que me iba a necesitar siempre. ¡Ojalá!
También me he llevado sorpresas, algunas deseadas y otras no tanto, pero…en eso consiste la vida. Me ha gustado comprobar otro año más (y con éste ya van muchos) que no se puede controlar todo y, que a veces, cuando pierdes el control es cuando mejor te lo pasas. Que hay que bajar la guardia y dejar que la vida te sorprenda…¡siempre lo hará!
Que no debo dejar las clases de pilates bajo ningún concepto, por mucho que algunos enteradillos me digan que eso no es un deporte. ¡Para mi alma lo es!
Que eso de “keep calm” debo practicarlo más. Que, para sobrevivir a mis caos, es más que importante tomar un tiempo de calma que me permita respirar. Y disfrutar de mis silencios. Sola yo y mis pensamientos.
Y, cómo no, recordar las cosas que tengo, por pequeñas que sean, y da gracias cada día por ellas.

De 2019 espero…
Sobre todo, salud. Salud para los míos, pero también para personas muy cercanas a mi que están peleando como ellos sólo saben hacerlo y son un ejemplo diario de lucha. Sé que lo van a conseguir porque el corazón me dice que sólo son pesadillas que se instalan en algunas vidas, pero pesadillas de esas de las que sales más fuerte.
Seguir presumiendo de hijos. Conforme van creciendo estoy más orgullosa de ellos. Sé que aún me queda mucho trabajo por delante, que el papel de madre jamás acaba. Que, aunque las 2 mayores ya empiezan a andar solas, a mi pequeño comandante le queda mucho camino por recorrer. En breve entrará en la adolescencia…aunque ésta ya va asomando la patita de vez en cuando.
Seguir creyendo en lo que hago. Seguir comprobando que, aunque la suerte existe, nada me va a llevar a donde quiera ir sin trabajo y no siendo fiel a mí misma. O sea, lo que viene siendo sentirme orgullosa de quien soy, lo que soy y lo que hago. No quiero perder tiempo haciendo cosas que ya no quiero hacer.
Viajar. Da igual la edad que tenga. Desde niña siempre ha sido uno de mis “vicios”. ¡Ojo! No pido viajar a lugares exóticos ni países lejanos. Me conformo con recorrer mi querida España (o mi provincia). Se trata, en definitiva, de descubrir, de volver a conocer…porque el mismo lugar lo verás de diferente manera tantas veces como vayas a él. Al fin y al cabo, los lugares los hacen las personas.
¡Más momentos de desconexión, por favor! Ya sea al subir al tranvía, al ir al trabajo cada mañana, subiendo al autobús o visitando algún lugar…

Y, como lo mío son los impares y mi número favorito es el 9, sé que este va a ser el año de sentirme bien, sentirme viva y ver cómo pasa el tiempo sin dejar de exprimirlo.

 

Coco.

Fuente de la fotografía: Pinterest.

spot_imgspot_img

Suscríbete

Seguro que te gusta

10 años aquí…

10 años aquí, y seguimos. No te voy a...

La puerta abierta.

Ha caído en mis manos un interesantísimo libro que...

Cogito EGO sum

No, no has leído mal, pone EGO, así bien...

Mis Jedi

La vida está llena de decisiones difíciles: elegir entre...

23 LECCIONES DEL 23

Decir que no a lo que no. Y ser...
Artículo anteriorSe acabó
Artículo siguienteLos míos

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Share This