¿…y qué más?

¿Qué más tiene que ocurrir para que te des cuenta? ¿Qué tiene que pasar a tu alrededor para que empieces a poner en práctica lo que predicas?

¿A qué limite quieres llevar a los que te rodean? y lo que es más importante ¿con qué fin?

Estamos en un momento difícil, y tú más (porque tú siempre todo más). Te encuentras ante ti la ocasión perfecta para hacer equipo, y lamentablemente, en vez de eso, prefieres despotricar de todos y de todas, levantar una barrera que te separe del mundo y resguardarte a lamerte tus heridas mientras sueltas fuego por la boca, y por la mirada, que aún es peor.

No eres capaz de bajar al ruedo, de enfrentarte al toro, porque sabes que vas a tener que correr y no tienes a nadie que te cubra. Pero esa es la raíz de todo. No tienes quien te cubra porque eres incapaz de confiar en nadie, las ideas que valen son las tuyas, el trabajo bien hecho es solo el tuyo, los demás son simples aprendices a los que no vas a dejar madurar nunca por tu propio beneficio.

No es lealtad lo que te profesan, no, en eso estamos de acuerdo. Es terror. Te oyen respirar y ya están muertos de miedo. ¿De qué humor estará hoy? ¿De que humor tendré que estar yo hoy? ¿En qué me va a pillar? ¿Soy capaz de bajar la cabeza lo suficiente y aguantar lo que me caiga?

No hay nada peor que saber que los que te rodean están deseando huir. La tensión se respira en cada momento y el estado de crispación es tal que afecta a todos los que os rodean, pero parece que tú no te das cuenta.

Puede ser que tu comportamiento sea aprendido, o que esa imagen que tenemos tuya sea tan solo una pose, que en otros ámbitos de tu vida seas una persona maravillosa, o hasta de carácter sumiso, vete tú a saber. Pero en el ámbito en el que muchos te conocemos, dejas mucho que desear. Igual es la presión la que te lleva a comportarte así, pero la que tu ejerces sobre los demás está teniendo consecuencias en muchas vidas, así que hazte y haznos el favor de pararte a pensar un poco.

Albergo la esperanza de que algún día entres en razón, pero después de los últimos acontecimientos, no se qué más tiene que ocurrir para que te des cuenta de que tu cambio es más que necesario.

Mientras tanto nos seguiremos preguntando… ¿Y qué más?.

Reyes

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