LOS HOOLIGANS

Pasan los días y seguimos casi igual. ¿Qué hemos hecho mal?

Estamos preocupados y asustados, vivimos tiempos difíciles y vendrán tiempos aún más duros que exigen lo mejor de cada uno pero está claro que muchos aún no hemos aprendido nada de lo que está pasando. Baste como ejemplo el gentío que se forma a determinadas horas para hacer cosas que antes ni se nos pasaban por la cabeza.

Prestad atención. Algunos salen a correr temprano (¿para ver si la churrería ya está abierta?), otros son corredores fondones disfrazados de corredores de fondo y también los hay corriendo con mocasines y camisa de manga larga… ¿PARA CUÁNDO EL DÍA MUNDIAL DE LAS AGUJETAS? ¡Almas de cántaro! ¿Por hacer esas tonterías os creéis mejores y más listos que el resto de los que estamos confinados en nuestras casas?  Si no habéis corrido en vuestra vida, que sepáis que andar rápido también está permitido. No hagáis el ridículo más de lo necesario o directamente quedaros en casa haciendo kilómetros por el pasillo.

Lo que más me sorprende es la cantidad de gente que aún se sorprende. Estoy un poco harta de oír eso de “necesito salir» cuando, con tantos muertos como han caído en estos 60 días, si no te lo ha prescrito un facultativo necesitas tanto salir como lo necesitamos todos los demás. Y también estoy hasta las narices del confinamiento pero entiendo que, visto lo visto, todavía sigue siendo necesario. Yo no quiero una nueva normalidad. Yo quiero la normalidad del sentido común y por la culpa de algunos hooligans que actúan como si ya estuviera el problema superado solo veo que aún puede alargarse más la tortura.

Está comprobado que el miedo no ayuda pero han muerto ¡más de 26.000 personas! y la mitad de la población aún no es consciente de la tragedia que estamos viviendo. Y no. 26.000 personas no son cifras, SON FAMILIAS ROTAS llorando a sus seres queridos. Creo que los números y los gráficos no hacen justicia a esas pérdidas humanas y a ese dolor tan insoportable. Justicia es poner 26.000 caras a la pandemia y acompañar en el dolor a su gente.

Ahora vendrá quien diga que “la vida sigue”. Y sí, tiene toda la razón.  Pero ya va siendo hora de que seamos de verdad adultos (con todo lo que implica “ser adulto”) y empecemos a utilizar la razón ( y el corazón) para acabar con esta pesadilla.

En fin. Poco nos pasa.

Coco.

Fuente de la fotografía: Pinterest.

spot_imgspot_img

Suscríbete

Seguro que te gusta

La puerta abierta.

Ha caído en mis manos un interesantísimo libro que...

Cogito EGO sum

No, no has leído mal, pone EGO, así bien...

Mis Jedi

La vida está llena de decisiones difíciles: elegir entre...

23 LECCIONES DEL 23

Decir que no a lo que no. Y ser...

Blue… tururú!

No paro de recibir mails que me dicen que...
Artículo anteriorEstoy nerviosa
Artículo siguienteA gloria

1 COMENTARIO

Responder a Francis Cancelar respuesta

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Share This