El tiempo…entre lecturas

 Me gusta leer. Mucho. Confieso que he llegado a leer dos libros al mismo tiempo. Y en verano, tumbada en mi querida hamaca o bajo la sombrilla al ritmo que marquen mis  amigas las chicharras, he pasado el tiempo…entre lecturas. ¿Mis secretos literarios de este verano? Ahí van…

Eduardo Mendoza es un imprescindible en mis veranos. Y este no ha sido una excepción. ¿Mi elección? “Una comedia ligera”. La leí hace un tiempo y he caído de nuevo en sus redes. Es, como su título, ligero y fácil de leer. Reconozco que, entonces y ahora, me transportó a las películas de López Vázquez y compañía. Durante su lectura, personajes y trama los imaginaba monocromáticos y, cómo no, la música del NODO sonaba cada vez que abría sus páginas. ¡La dosis necesaria de ironía y humor para las altas temperaturas!

¿Qué decir de “No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas”? Confieso que lo compré por su magnífico título. Aunque es un tipo de lectura que pocas veces veo en las manos de mis más cercanos,  reconozco que lo he pasado en grande y, en más de una ocasión, me he visto repitiendo el título como “lema del verano”. Ayyy, la sencillez de la vida cómo se complica por miedo a… ¿qué? Sonrisas, risas y carcajadas aseguradas. ¡Enhorabuena Laura Norton!

Después de leer a Borja Vilaseca en “Encantado de conocerme” solo puedo darle las gracias por recordarme lo importante que es aceptar la propia ignorancia para, simplemente, ser feliz.  O saber que el Ego, en contra de lo que piense la mayoría, no es bueno ni malo…Y también algo que, a pesar de tenerlo muy claro, con cuanta facilidad olvidamos: la necesidad de tu soledad, estar tú contigo sin hacer absolutamente nada, sólo escuchando tus pensamientos. ¡Nada fácil!

Releer, tras varios años, “Gomorra” de Roverto Saviano. Duro donde los haya.  Con fragmentos que erizan la piel por el horror que contienen y que recuerdan el lado oscuro del ser humano a través del “Sistema” o “La Camorra”, como siempre se le llamó. Espeluznante comprobar lo poco que vale una persona y con qué facilidad se practica eso de “Nadie es imprescindible”… todo por un puñado de monedas. Un libro para reflexionar.

Y para hablar de emociones y sentimientos, “La noche soñada” de Maxim Huerta. Lo empecé en mayo y decidí guardarlo cuidadosamente para disfrutar de él durante los meses de verano. Necesitaba una lectura tranquila, nada de contratiempos o relojes marcando la hora. Sin querer (o queriendo), me he sentido un poco como Justo, su protagonista: el primer amor, la vida de pueblo, esas raíces familiares que te acompañan hasta la madurez… Y grabar a fuego eso de  “Todo irá bien”.

Unos más que otros han sido mis confidentes, mis amigos y mis compañeros de momentos irrepetibles… ¡Gracias a todo ellos!

 

Coco

Autora de la foto: Coco

 

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