De compras

He cometido una locura, me he ido solo, sí solo, a comprarme ropa. Parecerá una gilipollez, pero es digno de analizar cómo nos comportamos los hombres en una tienda de ropa.

Por un lado, están los privilegiados que van acompañados de su mujer, novia o madre que les hacen de personal shopper y les nutren de modelos, tallas, complementos y cosas que en tu vida te probarías si fueses solo.

Por otro lado, estamos el resto de hombres solitarios que acudimos a comprar ropa con la esperanza de atinar con la talla a la primera, con el entusiasmo de atrevemos con el slimfit, y con el pensamiento que seguimos utilizando la misma talla que cuando teníamos veinte años.

Yo siempre pienso en estas situaciones, en hacerlo fácil. He aprendido a coger dos tallas de todo, la que pienso que uso y una más, para que la decepción no sea muy grande.  Se nota que he empezado el año con un optimismo desmedido, no he dado ni una, por arriba o por abajo, o por un roto o un descosido. Es la hora de plantearse vestirse con dignidad, es cuando tenemos dos opciones: desaparecer o volver cual día de la marmota con otro cargamento de ropa. Aquí sí que vale lo de a la segunda va la vencida.

Voy comprobando que todo lo que he cogido me viene como anillo al dedo, noto como voy entrando en confianza, hasta que ¡mierda!, he vuelto a coger la misma talla de pantalón. Es ahora uno de esos momentos en el que pienso en la futura aplicación de los Drones como aparatitos que van y nos traen la talla que necesitas sin tener que vestirnos y desvestirnos otra vez. Ya que sigo con mi optimismo desmedido de principios de año, me la voy a jugar, voy a coger el pantalón de la talla que creo que es y me lo pruebo luego en casa. Si, estoy muy loco. Necesito ir a la caja a pagar ya, estoy empezando a hiperventilar.

Hago un llamamiento con los hombres que vamos a comprar ropa: ¡Os necesitamos! madres, esposas, novias y amigas. No nos dejéis solos, ya que luego os podréis arrepentir mucho de las compras que vamos a hacer. Ya sabéis que somos más de comprar que de ir de compras.

A cambio de que nos acompañéis, siempre os podemos acompañar a una jornada maratoniana en Ikea con buenas caras y sin quejarnos.

Por cierto, el pantalón como un guante.

Caye

Fuente de la foto Pinterest

spot_imgspot_img

Suscríbete

Seguro que te gusta

La puerta abierta.

Ha caído en mis manos un interesantísimo libro que...

Cogito EGO sum

No, no has leído mal, pone EGO, así bien...

Mis Jedi

La vida está llena de decisiones difíciles: elegir entre...

23 LECCIONES DEL 23

Decir que no a lo que no. Y ser...

Blue… tururú!

No paro de recibir mails que me dicen que...
Artículo anteriorHeroes – DAVID BOWIE
Artículo siguienteQuerer no es poder

2 COMENTARIOS

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Share This