¿Un paseo por las nubes?

Aunque algunos se empeñen en repetir, una y otra vez, que vivimos en la era del conformismo y que con estar cómodos nos basta, yo…me resisto. A mí, desde luego, me gusta comprobar que aún soy capaz de emocionarme.

No creo que pudiera escribir toda una tesis doctoral sobre este tema pero sé que es mucho más fácil cambiar la mente que cambiar la realidad. Que hay ocasiones en las que toca reír aunque el cuerpo, y el ama, te pidan llorar. Y que donde algunos sólo ven excusas, otros descubren razones. Cuestión de ganas.

Si algo me está quedando claro de todo esto es que sentirte bien no es una disciplina de las llamadas “fáciles”. Lleva grandes dosis de drama, comedia, acción, emoción…Nunca sabes lo que va a durar ni cuándo va a terminar, pero sí sabes qué y cómo. Y yo, a estas alturas, creo empezar a saber cuáles son esas cosas que me hacen sentir bien.

Me hace sentir bien unas sábanas limpias. Ir por la calle de la mano de cualquiera de mis hijos. Hacer un regalo sin motivo. La terminal de llegadas de cualquier aeropuerto. Leer cada noche antes de dormir. Un par de huevos fritos. Ponerme guapa para mi chico. Su olor. Y ponerme guapa para mí. Saber que medio litro de mi sangre puede salvar la vida a otros. Hundir la mano en la arena. Recibir flores porque sí. El helado de turrón con trozos. Encontrar al final del bolso eso que perdí hace meses. Sofá, peli y palomitas con la familia al completo. El aroma del aceite de trufa. Sus besos de buenas noches. Y los de buenos días. Esas canciones que…esas.

Estas son algunas de las cosas que me hacen sentir viva. Pequeños gestos que marcan la diferencia. Estas y otras que no confesaré jamás porque, sencillamente, no se pueden explicar.

Y es que mi vida tiene sentido gracias a estas pequeñas cosas. Son instantes que hacen que todo a mi alrededor sea especial. Y aunque busque el por qué, una vez oí que “no todos los espacios en blanco están ahí para rellenarlos. A veces, cuando menos lo esperas, la vida se pone de tu parte”.

Pequeñeces pensarán algunos. Es posible. Pero no me hace falta ir a dar un paseo por las nubes. Sólo se trata de sentirme bien. Y si no…no merecen la pena.

Lo dicho. Cuestión de ganas.

Coco.

Fuente de la fotografía: Pinterest.