Todos diferentes, todos iguales

Todos somos diferentes y todos somos iguales, esta es mi conclusión después de todo lo visto y leído en el día de ayer con motivo de la celebración del Día de la mujer.

No me entiendas mal, pero en mi opinión no debería haber motivo para celebrar un día de la mujer ni un día del hombre. Está muy bien que reivindiquemos nuestras diferencias siempre que nuestra intención sea reclamar una igualdad efectiva en derechos y obligaciones, igualdad de trato y de consideración o de cualquier otra cosa, pero igualdad al fin y al cabo.

Desde que éramos pequeños somos conscientes de que si hacíamos algo diferente del resto, nos iban a mirar raro.  El más inteligente de la clase era el empollón, el que llevaba gafas, el cuatro ojos, si un niño iba a ballet era mariquita y si una niña practicaba cualquier deporte que no fuera gimnasia rítmica, era marimacho. Afortunadamente hay muchos de esos «diferentes» que no han sucumbido a las críticas, que han sido fuertes y han continuado haciendo lo que les gustaba, y creo que esto es gracias a las familias.

Es por esto que quiero desde aquí dar las gracias a las familias. A esas familias que educan a sus hijos en la igualdad. A esas madres y padres que ponen la lavadora, cocinan o limpian la casa y que enseñan a sus hijos e hijas a que las tareas del hogar no son exclusivas de las mujeres, sino de todos los que la habitan. A esos padres y madres que se preocupan por el desarrollo físico, intelectual y artístico de sus hijos e hijas por igual. Esas madres y padres que educan a sus hijos para ser personas independientes, para que no dependan de nadie y si en algún momento deciden tener pareja o formar una familia sea porque quieren compartir su vida con un igual y no porque necesiten de alguien que les cuide.

Estoy convencida de que la generación que viene después de la nuestra no entenderá muchas de las cosas que han ocurrido históricamente con motivo de discriminación por razones de género, de raza, procedencia o educación y será porque nosotros lo hemos hecho bien.

Seamos conscientes de lo que hacemos, de cómo tratamos a nuestros iguales, de cómo educamos a nuestros niños y jóvenes y reivindiquemos el respeto y la igualdad, aquí y en cualquier otra parte del mundo, aunque soy consciente de que eso nos va a costar mucho más tiempo y trabajo.

Reyes

Fuente de la imagen: Pinterest

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